En el 50 aniversario de la victoria de Vietnam contra el imperialismo estadounidense

Hace 50 años, en el 30 de abril, las puertas del Palacio Presidencial en Saigón fueron destrozadas por un tanque—un tanque manejado por un luchador por un Vietnam unificado e independiente. La bandera del régimen títere respaldado por Estados Unidos cayó, y en su lugar se alzó la bandera del Frente de Liberación Nacional.

Saigón, la capital del colonialismo francés y después del imperialismo estadounidense, dejó de existir. Saigón se convirtió en Ciudad Ho Chi Minh—nombrada así en honor al líder comunista que encabezó la lucha por la liberación nacional de Vietnam.

El 17 de julio de 1966, Ho Chi Minh declaró, “La guerra podría durar cinco años, diez años, 20 años o incluso más. Hanói, Hai Phong y algunas ciudades y fábricas podrían quedar devastadas. ¡Pero el pueblo vietnamita nunca tendrá miedo! No hay nada más valioso que la independencia y la libertad. Cuando llegue la victoria, nuestro pueblo reconstruirá nuestro país, más fuerte y hermoso que nunca.”

Entonces, así fue, después de largas décadas de lucha heroica, los muchos derrotaron a los pocos. Un país pequeño derrotó a uno grande, y por fin Vietnam fue liberado. Unas semanas antes, el 18 de abril, el régimen títere camboyano de Lon Nol fue puesto en fuga; en la ciudad capital de Phnom Penh, las calles fueron nombradas en honor a los estudiantes asesinados en una protesta antibélica en Kent State. Laos también se liberaría y tomaría el camino socialista.

Un factor crucial en estas victorias fueron líderes visionarios que aplicaron la ciencia del marxismo-leninismo. Al hablar de cómo se hizo comunista, Ho Chi Minh dijo, “Hay una leyenda, tanto en nuestro país como en China, sobre el milagroso ‘Libro de los Sabios’. Al enfrentar grandes dificultades, uno lo abre y encuentra una salida. El leninismo no es solo un “libro de los sabios” milagroso, una brújula para nosotros, los revolucionarios y el pueblo vietnamita: también es el sol radiante que ilumina nuestro camino hacia la victoria final, hacia el socialismo y comunismo.”

La lucha por liberar Vietnam fue una batalla titánica que sacudió al mundo. Tanto la República Popular China como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas brindaron un apoyo crucial que hizo posible la victoria.

Aquí en Estados Unidos, el movimiento en contra de la guerra en Vietnam tendría un impacto profundo. Sacó a millones de personas a las calles. Para cuando terminó la guerra, el movimiento antibélico se había convertido en un movimiento de solidaridad con Vietnam, y la bandera que más ondeaba en las manifestaciones estadounidenses era la del Frente de Liberación Nacional. La lucha en Vietnam también contribuyó al surgimiento de un nuevo movimiento comunista en el país, lo que llevaría a la fundación de la Organización Socialista Camino de la Libertad.

La victoria en Vietnam demuestra que quienes tienen una causa justa y la historia de su lado triunfarán. Desde principios de la década de 1970, el imperialismo estadounidense ha estado en decadencia, y esa decadencia se está acelerando hoy.

Seguimos inspirándonos en las victorias pasadas y estamos seguros de que habrá muchas más—desde Palestina hasta Filipinas—y sí, aquí mismo en EE. UU. Para citar al destacado revolucionario Mao Zedong, “Aunque el camino por delante es tortuoso, el futuro es brillante.”

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