La ecología social del egoísmo

Por Aaron Koek. Artículo original publicado el 11 de febrero de 2022 con título The Social Ecology of Egoism. Traducción española por Camilo Salvadó.

La filosofía de Max Stirner (1806-1856 ne), o Egoísmo como se le llama crudamente a veces, esencialmente señala la relación entre el individuo y la alienación; usando el lenguaje de Stirner, la alienación entre El Único y su Propiedad. La propiedad puede interpretarse de diferentes formas, como el entendimiento común de ello como algo poseído, pero también como cualidad o atributo. Yo elijo interpretarla como una combinación de esas dos definiciones, como una cualidad o atributo que se posee. La posesión tiene lugar a través del uso del poder de un individuo sobre su propiedad y la alienación tiene lugar cuando no ya no ejercemos ese poder.

La alienación también puede llevar a la dominación, en el que una cosa sobre la que no ejercemos poder, lo ejerce sobre nosotros. En nuestra sociedad, los individuos se encuentran dominados por sus condiciones sociales y materiales debido a su alienación, o falta de poder, sobre esas condiciones. Es esa falta de poder sobre dichas condiciones lo que ha llevado a la sociedad en una dirección ecológicamente desastrosa, al concentrar el poder en manos de pocos individuos. Yo sostengo que, para enfrentar el colapso ecológico, debemos tomar la propiedad de manos privadas y ponerla en las de todos nosotros.

En otras palabras, debemos abordar nuestra alienación de la biosfera. Sostengo que eso solo es posible por confrontación directa con el capitalismo y el Estado-nación. Las formas en que estas formaciones sociales jerárquicas alienan a las masas son innumerables, pero nos interesa particularmente como alienan nuestra capacidad de tener poder sobre nuestro entorno material. El capitalismo como sistema económico, se basa en la propiedad privada, propiedad exclusiva del capitalista. Esta exclusividad solo es posible mediante la existencia del Estado-nación, que protege la propiedad privada con una combinación de leyes, internalización social y el poder directo de las instituciones policiales y militares.

Estos mecanismos institucionales permiten la constante acumulación de riqueza para el capitalista, a expensas de las masas y la biosfera. La propiedad privada, en este sentido, puede entenderse como propiedad alienada, propiedad de la que las masas están excluidas y, a su vez, son explotadas via el trabajo forzado del sistema capitalista. La biosfera no es algo con lo que nos relacionamos mediante nuestro propio poder, sino un recurso alienado, bajo control privado de capitalistas. Desde los lugares donde vivimos hasta los espacios donde trabajamos, todo es fuente de explotación y dominación por parte del sistema capitalista, justificado y reforzado por el Estado-nación.

Confrontar esta situación significaría expropiar la propiedad privada hacia las manos de las masas, bajo el poder del pueblo para consumir le que desee. Consumo, en el sentido usado por Stirner, significa ejercer poder sobre una cosa, tomarla dentro de nosotros, “disolverla” en el Único. En lugar de ser definido por esa cosa, esa cosa se convierte en parte del todo mayor que en el Único. La implicación que esto tiene sobre nuestra relación con la biosfera significa “consumirla”, tomarla en nosotros entendiendo que la estabilidad y vida de la biosfera nos afecta inherentemente. Por tanto, debemos proteger la biosfera como extensión de nosotros, lo cual solo es posible a través de nuestro poder directo para afectar una relación significativa con ella. Tal relación es imposible bajo nuestras actuales condiciones sociales jerárquicas y, por ello, debemos confrontarlas.

Esto es, en esencia, lo que también defiende la teoría de la Ecología Social. Fundada por Murray Bookchin (1921-2006 ne), la Ecología Social se basa en la idea de que las condiciones sociales humanas son la causa de la actual crisis ecológica. La evolución de nuestra sociedad humana (Segunda Naturaleza) desde el reino no humano (Primera Naturaleza) implicó el desarrollo de jerarquías sociales particulares que sentaron las bases para la dominación que vemos hoy dentro de la sociedad . Para crear una sociedad holística, basada en el reconocimiento de la “Unidad en la Diversidad” o la idea de que la complejidad de la vida y las interacciones dentro de un ecosistema son directamente afectadas por su estabilidad, la humanidad debe construir una sociedad en la cual seamos participantes activos internos de nuestra biosfera, en lugar de tratarla meramente como un recurso a saquear y explotar.

Lo que, según he elaborado más arriba, solo es posible por confrontación directa con nuestras condiciones jerárquicas actuales, arrebatando la tierra y los recursos de manos de los capitalistas y poniéndolos en las nuestras. Tales condiciones implicarían interacción directa con individuos y sus comunidades respecto a su entorno biológico inmediato, permitiéndoles tomar decisiones racionales basadas en el conocimiento y la comprensión que vienen de una vida localizada. Cuando digo “sus” comunidades, realmente lo digo en ese sentido, ya que los individuos que conforman comunidades las “poseen”, ejercen poder sobre ellas y las consumen según deseen. No están restringidos por relaciones jerárquicas y, por tanto, se asocian libremente, como les plazca, no por ser un derecho garantizado externamente, sino por el poder individual consciente, directo.

Una sociedad tal, sería la aceptación significativa del egoísmo del individuo, el poder del Único, para construir las condiciones de una Naturaleza Libre. La Naturaleza Libre existe cuando los reinos humano y no humano coexisten, a través de la unidad de la Segunda y la Primera Naturaleza. Esto requiere que tengamos el poder de entender nuestro lugar en la naturaleza, lo que implica reconocer que la evolución social humana surgió de la evolución natural. Que el concepto de “Unidad en la Diversidad” sostiene un principio social valioso para la humanidad, no como valor moral, sino como materialmente valioso por su comprensión de la estabilidad biológica y social. Para los individuos, esto significa reconocer que, aislados, estamos limitados en nuestras capacidades, pero con otros, podemos lograr tareas mucho mayores colectivamente.

Es a través de nuestra acción colectiva como individuos Únicos y Diversos, actuando juntos, que podemos confrontar los sistemas de dominio y sometimiento que oprimen a las masas y a la biosfera. Podemos reclamar ser capaces de decidir libremente cómo y de qué manera deseamos vivir como individuos, ya sea solos o juntos. Nuestro entorno ya no sería alienado, sino propio, algo que activamente integramos en nosotros y cuidamos como una extensión de nosotross. Condiciones en las que sociedad, ecología y Ego coexistan.

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